viernes, 13 de enero de 2017

Recibime, recitame y reciclame

La fe mueve montañas, pero esto es el océano, el viento y los animales hambrientos que se mueven dentro... La fe mueve montañas, pero esto es el océano, el viento y los animales hambrientos que se mueven dentro.

Me estoy transformando. Puedo sentir, en las paredes internas de la burbuja, el calor tibio que me llega apenas a las axilas y transforma mis dudas en posibilidades que se me pegan a las pupilas aturdiendo todo lo que podría llegar a ver. Y me estoy transformando. Me estoy transformando porque puedo ver los números del almanaque descender día tras día desapareciendo como si entraran en una caja que se los come. Porque puedo percibir un suave y perfumado olor a vulva mientras se me apaga la mente recostado en un asiento a las tres de la mañana en un ómnibus que me devuelve al hogar en condiciones similares a las que salí. Porque puedo oír las risas y los gritos de quienes van cuando yo estoy volviendo. Porque sé con certeza que ninguno llega primero. Porque comienzo a creer, mientras miro a las gentes, que las edades son un cuento, una noticia falsa, un proyecto de ley del gobierno.

Y mientras me voy transformando al ritmo del camino solar me doy cuenta, varias veces tarde, que la cabecera de mi cama está en el agua. Cuando ronco, inmerso en los horarios sedados de esta ciudad de nylon, hago gárgaras que retumban sordas alrededor de mis pelos. Y las burbujas revientan cuando llegan a la superficie de todo lo que no veo cuando despierto.

La fe mueve montañas, pero esto es el océano. Y me estoy transformando.

Silenci

Esto es un recordatori. Habla, retiene y recuerda la piedra blanca, el cero y silenci. Es extremadamente fundamental en cualquier momen...